Reseña de Biesold, 1988: «Klagende Hände»

Alejandro OviedoPor Alejandro Oviedo,

Berlín, 2006.

Sección: Reseñas.

 

Reseña de
Biesold, Horst (1988) Klagende Hände [1] (Manos que denuncian) Solms: Jarick Oberbiel, 304 págs. ISBN 3920224310

 

Portada-Biesold-1988Horst Biesold (1939‐2000) fue un maestro de Sordos, historiador y profesor universitario alemán, que realizó numerosos estudios y programas de televisión acerca del destino sufrido por los Sordos alemanes durante el gobierno nazi (1933‐1945). Antes de Biesold y sus investigaciones, era este un tema prácticamente ignorado.

El libro que reseño ahora, Klagende Hände, es una extensa investigación, escrita en alemán, sobre las consecuencias que tuvo para la población Sorda alemana una ley eugenésica (de “higiene de la raza”) aprobada en 1933 por el gobierno de Hitler.

Klagende Hände (frase que yo traduzco como “manos que denuncian” y que fue traducida al inglés como crying hands ‐manos que lloran/que gritan) recoge muchos documentos y fotografías de la época, y está sustentado además en casi 1300 entrevistas con personas afectadas por aquella ley. Entre otras medidas, esa ley amparó también centenares de asesinatos selectivos, abortos forzados y la esterilización forzada de más de 80.000 personas entre 1934 y 1945.

La GzVeN: Ley para prevenir la concepción de personas con enfermedades genéticas

“GzVeN” es la abreviatura de Gesetz zur Verhütung erbkranken Nachwuchses, (“Ley para prevenir la concepción en personas con enfermedades hereditarias”), un instrumento jurídico aprobado por el gobierno de Hitler a pocos meses de conseguir el poder en 1933.

La ley GzVeN se aprobó el 14 de julio de 1933. Los primeros artículos de la ley disponen (las traducciones del alemán son mías):

Artículo 1:

Los enfermos congénitos pueden ser esterilizados mediante una intervención quirúrgica, cuando, según las experiencias de la ciencia médica, es altamente probable que sus descendientes puedan sufrir enfermedades mentales o corporales.

Artículo 2:

Es un enfermo congénito, según esta ley, quien padece de alguna de las siguientes enfermedades:

  • Idiotez congénita
  • Esquizofrenia
  • Locura maníaco‐depresiva
  • Tendencias hereditarias a algún tipo de adicción
  • Huntingtonsche Chorea [afección nerviosa que lleva a perder el control de los movimientos corporales y a perturbaciones mentales]
  • Ceguera hereditaria
  • Sordera hereditaria
  • Malformaciones severas hereditarias
  • Más allá, puede también ser esterilizado forzosamente quien padece de alcoholismo severo.

 

¿De dónde surgió la GzVeN?

La ley no fue el producto de una decisión casual, sino parte fundamental del proyecto nazi de “limpiar” la raza alemana de todos los elementos que la “contaminaban”. Entre esos elementos no estaban sólo los alemanes no arios (entre los que destacaban los judíos y los eslavos), sino también todos los discapacitados, especialmente aquellos que portaban genes que pudieran conducir a nacimientos de otras personas con discapacidad. La GzVeN estaba dedicada a estos últimos.

La GzVeN había sido ya esbozada en un proyecto de ley entregado en 1923 al parlamento de Dresde por Gustav Boeters, un médico alemán. El proyecto fue entonces rechazado. Boeters tituló su proyecto como Die Verhütung unwerten Lebens durch operative Maßnahmen (La contracepción de vidas sin valor a través de medidas operativas).

La idea de que hay vidas humanas sin valor y vidas humanas con valor no es invención de los nazis alemanes: hunde sus raíces en una interpretación decimonónica conocida como “darwinismo social”, basada en las leyes biológicas de supervivencia de los más fuertes elaboradas por el biólogo inglés Charles Darwin en 1859, y de las leyes de herencia formuladas en 1865 por el también biólogo checo‐austríaco Gregor Mendel.

Darwin, en su obra, descarta que sus leyes sean aplicables al ser humano, ya que éste ha desarrollado un instinto especial, que le hace sentir simpatía por sus semejantes. Sin embargo, muchos europeos y sus descendientes norteamericanos ignoraron aquella advertencia e interpretaron las propuestas de Darwin y de Mendel del siguiente modo: hay razas más fuertes, mejor dotadas que otras. De todas ellas, son los blancos caucásicos europeos los mejores. Ellos deben entonces dominar el mundo para mejorarlo. En ese proceso, que implica la supervivencia y control del más fuerte sobre el débil, y la posterior desaparición del débil, puede ser dirigido no solamente a través de guerras de conquista, sino también con la manipulación genética, evitando la concepción o impidiendo el nacimiento de individuos débiles o enfermos.

Desde mediados del Siglo XIX se habían acelerado el auge y los ideales nacionalistas de las potencias coloniales europeas de norte, y esta torcida interpretación de los hallazgos de Darwin y Mendel sirvió para elaborar muchas peregrinas teorías acerca del modo en que podía consagrarse el modelo colonialista del blanco europeo.

Esas teorías tuvieron sus primeras aplicaciones prácticas en Estados Unidos y Suiza, países donde se realizaron programas de esterilización forzada de personas jóvenes presas. Los delincuentes, alcohólicos, los discapacitados mentales y los enfermos mentales eran la parte más notoria de la población que tenían en la mira esas prácticas. Pero los sordos y los ciegos también fueron objeto de varias investigaciones. Esos programas se conocen como “eugenésica” o “higiene racial”.

Los estudios de Alexander Graham Bell sobre las leyes de transmisión de los genes de la sordera en la Isla Estadounidense de Martha´s Vineyard (realizados entre 1883 y 1887) fueron un factor muy importante en este proceso [Graham Bell, un personaje muy polémico en el mundo Sordo, dirigió por muchos años la Eugenics Record Office, una institución “científica” usamericana dedicada a investigar e impulsar la prevención de nacimientos de “variedades defectuosas de la raza humana”]. En Estados Unidos esto condujo a la aprobación de varias leyes estatales para la esterilización forzada de individuos considerados genéticamente enfermos, que pudieran transmitir dolencias a sus descendientes. La primera de ellas fue aprobada en 1907 en el Estado de Indiana. En 1931, 27 estados de ese país habían aprobado leyes similares [la mayoría de las cuales continúan vigentes].

Inspirados en esas prácticas, muchos alemanes hicieron también sus aportes a la eugenésica. En una ley federal aprobada en 1911 acerca de la obligación de escolarizar a los niños ciegos y a los niños sordos, se incluía un cuestionario para indagar sobre posibles transmisiones congénitas de la sordera y la ceguera, que permitían elaborar árboles genealógicos de los niños que ingresaban a las escuelas.

Esos cuestionarios constituyeron, a partir de 1933, la base de datos con la que los nazis ubicaron a las personas que debían someterse a la GzVeN.

En 1923 comenzó asimismo una discusión, registrada en muchas revistas alemanas, acerca de si debía continuar permitiéndoseles a los Sordos casarse.

Efectos de la aplicación de la GzVeN

A partir del primero de enero de 1934 comenzó a aplicarse la GzVeN. En relación con los sordos, los primeros en participar de la aplicación de la ley fueron los maestros de las escuelas para niños sordos. De los 1275 sobrevivientes de aquella época que pudo entrevistar Biesold, casi un 35% informó que sus mismos maestros los enviaron a las autoridades sanitarias para ser esterilizados. Los pastores de las iglesias tuvieron una participación no menor en ello. Más de 15.000 niños, niñas y jóvenes Sordos [además de una cifra cercana a 65.000 adultos], sufrieron ese destino.

No existen hoy cifras confiables acerca de otra serie amplia de crímenes motivados por esa ley. Entre ellos se cuentan

  1. embarazos interrumpidos por la fuerza, porque las autoridades consideraron que eran sospechosos de llevar al nacimiento de un niño sordo;
  2. niños sordos considerados “ineducables” a los cuales se asesinó (“eutanasia” lo designa la ley) en “centros de salud”;
  3. bebés sordos dejados morir de hambre y descuido (“eutanasia” lo designa la ley) en “centros de salud”;
  4. personas sordas sometidas a experimentos médicos (muchas de las cuales fallecieron a consecuencia de ellos);
  5. judíos sordos esterilizados, deportados a campos de concentración y luego asesinados.

No parece haber habido resistencia notable a la ley. En realidad, parece haber habido apoyo masivo, de parte de padres de niños afectados, en particular. Biesold registra, sin embargo, algunos casos de personas encarceladas por hacer comentarios en contra de la ley, o de padres que elevaron inútiles protestas ante los juzgados. Al principio de la aplicación de la GzVeN, la población adulta Sorda aparentemente no tuvo conocimiento de las consecuencias que tenía. Los periódicos de las asociaciones, que pasaban por la censura oficial, presentaban la ley como un hecho patriótico, e incluso solicitaban a los sospechosos someterse de modo voluntario a los correspondientes exámenes médicos.

La GzVeN y el libro de Biesold

El libro de Biesold fue la primera investigación exhaustiva sobre el tema de las consecuencias de la aplicación de la GzVeN en Alemania. Antes de que apareciera el libro, no se trataba de un tema de interés público. La situación comenzó a cambiar un poco luego de que se difundieran el libro y algunos documentales basados en él. Una de las cosas más interesantes al respecto es que la GzVeN estuvo vigente hasta 1998!: mientras una ley no se deroga, no pierde su carácter, y apenas diez años después de la aparición del libro Klagende Hände, y a ocho años de la reunificación alemana, se hizo el acto de derogación de la GzVeN. A diferencia de los afectados por otras prácticas del régimen nazi, que han recibido distintos tipos de indemnizaciones, lo único que han recibido los sordos víctimas de la GzVeN, hasta el día de hoy, fue el pago único de 5.000 marcos alemanes, cosa que se logró aprobar ante el parlamento alemán en la década de los noventa, a instancias de Biesold.

Dónde se consigue el libro

Se trata de un libro publicado hace ya 18 años, pero todavía se puede conseguir el original alemán (publicado por una editorial relativamente pequeña) a través de www.amazon.de La edición es bastante cara hoy: 89,95 euros!. Existe, sin embargo, una traducción al inglés, publicada en 2000 por Gallaudet University Press, que fue titulada “Crying Hands: Eugenics and Deaf People in Nazi Germany”.

En la página de esa editorial (mira en http://gupress.gallaudet.edu/CH.html, donde puede leerse el capítulo inicial del libro). La edición inglesa tiene un precio de 34 US $.

Notas:

[1] -El título completo del libro es Klagende Hände. Betroffenheit und Spätfolge in bezug auf das Gesetz zur Verhütung erbkranken Nachwuchses, dargestellt am Beispiel der “Taubstummen». En español: Manos que denuncian: consecuencias directas e históricas de la Ley para prevenir la concepción en personas con enfermedades hereditarias, ilustradas con el caso de los «Sordomudos».

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