Compartiendo algunas reflexiones sobre la inclusión educativa de personas sordas

Por Rocío Cabezas,

Quito, 2014.

Sección: Artículos, educación / inclusión y accesibilidad

 

Se considera que la inclusión educativa garantiza al estudiante la equiparación de oportunidades, por eso uno de los principales argumentos que se escucha en quienes promocionan esta propuesta es que los estudiantes con discapacidad también tienen derecho a acceder a la educación regular, dando por sentado que su ingreso a estos espacios físicos trae de la mano el acceso a la todas las oportunidades con las que cuentan los estudiantes que no presentan necesidades educativas especiales asociadas a la discapacidad. Sin embargo la toma de decisiones para que constituya un ejercicio de derechos debe partir de una adecuada información y reflexión.

Recordemos que todo proceso educativo parte del efectivo uso de una lengua que se convierta en el vehículo de la comunicación y en el recurso intelectivo que permita el procesamiento de la información, es por esta razón que la comprensión lectora y el pensamiento crítico, son las principales herramientas del aprendizaje.

Vale la pena por tanto hacer algunas reflexiones:

Crecer con lengua.-

Desde el momento del nacimiento el niño entra en contacto con el mundo que le rodea a través de sus sentidos, pero este acercamiento a las experiencias sensoriales, van de la mano de símbolos acústicos llamados palabras, los mismos que fueron creados para permitirle construir una representación de la realidad en su mente. Este símbolo llamado palabra, cuando cumple con su función de provocar representaciones mentales del mundo que le rodea, da paso a la formación de las ideas, generando una serie de combinaciones que le permiten activar la imaginación y con ello multiplicar las sinapsis que se producen en el cerebro, iniciándose así un proceso conocido como desarrollo del pensamiento.

Crecer con lengua es el requisito indispensable para garantizar el desarrollo pleno de las potencialidades intelectivas, pero esta lengua debe cumplir además con el requisito de ser natural, esto es, utilizar canales abiertos de recepción y de emisión del mensaje; en el caso de las personas oyentes, la vía de ingreso de la información es el oído, por eso la palabra debe cumplir con el requisito de ser “oral”, mientras que la vía de salida pone en marcha el funcionamiento del aparato fono-articulador para garantizar la reproducción de los sonidos de la voz humana; esta particularidad determina su condición de personas audio-parlantes.

Otra característica de una lengua natural es que no requiere de enseñanza sistemática, se necesita únicamente proveer al niño de un entorno social o familiar conformado por buenos modelos lingüísticos, por esta razón el niño que al nacer es acogido por una familia que es usuaria de una lengua diferente a la de sus padres biológicos, no tendrá problemas en asimilar la lengua del entorno en los mismos tiempos y atravesando los mismos procesos del desarrollo del lenguaje que cualquier otro niño.

Es necesario tomar en cuenta que la interacción es esencial en los procesos de aprendizaje de una lengua, no solo porque se perfeccionan las distintas habilidades lingüísticas, sino porque también entran en juego factores sociales que potencian el desarrollo cognitivo, de ahí la necesidad urgente de que el niño crezca rodeado de personas que sean efectivas en el uso de la lengua.

Son las lenguas naturales las que permiten desarrollar plenamente el pensamiento e instrumentar la inteligencia, de la que depende a su vez el desarrollo de las habilidades cognitivas.

Es importante no perder de vista que gracias a la neuroplasticidad que presenta el cerebro durante los cinco primeros años de vida, el niño es capaz de apropiarse tanto de las palabras, como de la estructura de la lengua del entorno, no así pasado este período en que la tendencia será incorporar palabras mas no estructuras, limitando el desarrollo del pensamiento y por ende del lenguaje.

Un niño en edad pre-escolar que cuenta con un buen dominio de la lengua del entorno, esto es, que cuenta con lengua materna, está en condiciones de acercarse con mayor éxito a los contenidos curriculares diseñados y elegidos para su edad.

Los niños sordos, no son audio-parlantes disfuncionales, son personas viso-gestuales, que cuenta con canales diferentes para entrar en contacto con una lengua, interiorizar sus símbolos y sus respectivas estructuras, siendo sus ojos la vía de acceso a la información y sus manos, su expresión facial y corporal, la vía de salida de la información, esto hace que la representación de la realidad en su cerebro esté impactada básicamente por la información visual que reciben, de ahí que las personas sordas están en condiciones de beneficiarse plenamente únicamente de las lenguas viso-gestuales, esto es, de las lenguas de señas que además les permite construir comunidades lingüísticas con una cultura propia que se ajusta a su modo de ver y de interpretar el mundo y sus acontecimientos.

Privarle al niño sordo de un temprano contacto con una lengua visual, es impedir que crezca con lengua, es privarle de todos los beneficios que brinda una lengua natural, es afectar el desarrollo de sus habilidades cognitivas, además al no contar con una primera lengua plenamente instaurada, las posibilidades de acercarse con éxito al aprendizaje de una segunda lengua en su modalidad escrita, son realmente casi nulas.

El 95% de niños sordos nacen y crecen en hogares constituidos únicamente por personas oyentes que no tienen las herramientas lingüísticas para interactuar efectivamente con el niño sordo, exponiéndole además a un vacío de información que dará paso a una gran desventaja en cuanto al desarrollo de habilidades cognitivas si se retrasa su contacto con una lengua viso-gestual que pueda ser incorporada en forma natural.

Derecho a crecer bilingües.-

El primer desafío de la familia del niño sordo, es conocer lo antes posible el modo adecuado de responder a las necesidades comunicacionales de los hijos, siendo por tanto indispensable que el gobierno asuma su responsabilidad de proteger la calidad de vida de los niños sordos ofreciendo a los padres de familia servicios tutoriales encaminados a capacitar a los padres y a la familia, para conocer, entender y aceptar las particularidades de sus hijos, fundamentalmente en lo relacionado con sus necesidades lingüísticas, como también cursos de lengua de señas que preparen a los padres para responder al derecho de los hijos a crecer permanentemente informados y para que los padres puedan conocer y entender la forma como los hijos procesan sus experiencias cotidianas a fin de brindarles su apoyo y orientación en forma oportuna.

La siguiente responsabilidad es ofrecer a los niños sordos un temprano contacto con personas sordas que sean usuarias de la lengua de señas ecuatoriana, tomando en cuenta que la lengua es el instrumento indispensable para cubrir las necesidades afectivas- emocionales del niño y permitir el desarrollo de las habilidades cognitivas. Garantizar que el niño sordo cuente con lengua materna es responder al mandato de equiparación de oportunidades al que hace referencia la Carta Constitucional, esto solo será posible si se crean guarderías para niños sordos, en los que se hayan incorporado adultos sordos que sean usuarios efectivos de la lengua de señas ecuatoriana.

Ofrecer los servicios de terapia de lenguaje orientados a identificar las habilidades lingüísticas de los niños sordos, permite realizar un pronóstico respecto a las posibilidades de oralización para poner a su alcance este servicio en horarios extra-curriculares, permitiendo al niño sordo desarrollar paulatinamente destrezas comunicacionales en una segunda lengua que le permitan cubrir sus demandas de interacción con el entorno oyente, pero sin perder de vista que no es esta lengua la que se convertirá en el instrumento para el desarrollo del pensamiento por no cumplir con el primer requisito, que es poder ser incorporada en forma natural, sin embargo sí puede constituirse en un apoyo para cubrir otras necesidades comunicacionales sobre todo de tipo coloquial. Es importante también conocer que el porcentaje de personas sordas profundas que logran acceder a una comunicación oral, es realmente muy escasa, por eso las personas sordas no pueden hacer de la lengua oral el medio adecuado para desarrollar su capacidad de lenguaje, debido aún a la gran dificultad para el aprendizaje de las estructuras gramaticales de las lenguas parlantes. Desconocer esta particularidad es generar expectativas encaminadas a provocar grandes niveles de frustración y a interferir en el proceso de aceptación de la sordera de los hijos.

El acercamiento a la segunda lengua en la modalidad escrita es una necesidad y por tanto un derecho de todas las personas sordas, sin embargo el aprendizaje de segundas y terceras lenguas está determinada por las respectivas habilidades lingüísticas de cada una de ellas, siendo necesario en primer lugar incorporar procesos didácticos diseñados para la enseñanza de segundas lenguas, ofreciendo al docente tanto la capacitación para su aprendizaje de la lengua de señas ecuatoriana, como también para el manejo de estrategias metodológicas y de recursos didácticos que respondan a las particularidades de las personas sordas.

Papel de los intérpretes en el proceso de inclusión educativa.-

El papel del intérprete se dirige específicamente a pasar la información de una lengua, en este caso oral, a la lengua de señas ecuatoriana o viceversa, pero la persona sorda para poder beneficiarse plenamente de este servicio debe contar con el adecuado desarrollo de su lengua natural, esto es, de la lengua de señas ecuatoriana, caso contrario el mensaje oral al ser pasado a mensaje en lengua de señas, no podrá ser adecuadamente asimilado por la persona sorda, además no se debe perder de vista que los vacíos de información previa con los que cuenta la persona sorda, pueden interferir en la comprensión de los nuevos conocimientos, y tampoco pueden ser solucionados por la intérprete de lengua de señas, de ahí la necesidad de que el docente comprenda que la persona sorda se encuentra privada de toda la información que proviene del medio, debiendo explorar los conocimientos previos antes de presentar un nuevo conocimiento.

Reflexiones sobre el desarrollo de habilidades y destrezas durante el proceso educativo.-

Durante los primeros años de estudio, el objetivo fundamental es desarrollar la destreza de la comprensión lectora, este objetivo no puede ser desarrollado a través de los mismos procesos que se aplican para personas oyentes que llegan a las instituciones con lengua materna, porque el acercamiento a la lengua escrita tiene que hacerse desde una metodología de enseñanza de segunda lengua y tomando en consideración que no puede partir de la alfabetización que consiste en relacionar la forma de la letra con el sonido respectivo, ya que al no contar con el ingreso de estímulos acústicos, la reproducción de la voz humana se ve limitada. Al requerir estrategias y procesos didácticos diferentes provenientes del hecho de ser usuarios naturales de una lengua viso-gestual, hace que las posibilidades de éxito en la inclusión se vean afectadas, por esta razón un alto porcentaje de niños sordos incluidos en la escuela oyente, han retornado a las escuelas específicas, muchos de ellos con profundos vacíos académicos acumulados a lo largo de su permanencia en la escuela regular.

En los años superiores de la educación básica se requiere fundamentalmente trabajar con pensamiento abstracto, porque ya no es la memorización el referente de conocimiento, sino los procesos de análisis y síntesis que permiten construir aprendizajes, y esto no es posible hacerlo sin una lengua plenamente desarrollada, es esta es la razón por la que la demanda de educación específica para personas sordas desde octavo de básica hasta bachillerato ha ido en constante crecimiento y la actitud de los estudiantes es cada vez más demandante en cuanto a las habilidades del docente en el uso de la lengua de señas.

La inclusión educativa a nivel universitario, cuando ya los estudiantes han desarrollado un pensamiento analítico y crítico y han mejorado sus habilidades en el uso de su propia lengua, tiene mucho mejor pronóstico que cuando se pretende incluirlo en las etapas previas de educación.

Otro aspecto que debe ser analizado es el impacto que tiene en la calidad de vida de las personas, el desarrollo de las habilidades sociales, prueba de ello es que, lo que sucede en el patio de recreo se constituye en la fuente de motivación o de desmotivación para acudir a la escuela o al colegio por parte de niños y jóvenes, porque la relación con los pares permite la construcción de identidad, que da paso a la propia aceptación y aceptarse a sí mismo facilita la aceptación de la diferencia, objetivo que se plantea la educación bilingüe bicultural.

Expectativas de las personas sordas en cuanto a su educación.-

Casi un siglo y medio más tarde, la comunidad sorda alza su voz de protesta ante los responsables de la educación de la persona sorda para hacerles saber que su principal interés no es convertirse en pseudo-oyentes, es decir, en personas que se esfuerzan por funcionar como oyentes, y que se conforman con sostener una comunicación coloquial por vía oral, sino que su demanda es desarrollarse plenamente como personas sordas, lo que significa ser eficientes en el uso de su lengua natural, para a través de ella desarrollar todo su potencial intelectivo y mejorar sus posibilidades de aprendizaje. Reconocen que la lengua de señas es el medio idóneo para acercarse a los conocimientos, por eso reclaman el derecho a educarse en lengua de señas, pero identifican a la lengua escrita del entorno como el medio efectivo para acercarse a las fuentes de la información y del conocimiento.

Se identifican como miembros de una comunidad lingüística con particularidades que han generado una cultura propia, pero se ven inmersos también en una cultura oyente a la que necesitan conocerla y entenderla para poder así funcionar con efectividad tanto en el mundo sordo, como en el mundo oyente.

Adaptaciones curriculares que se requieren en el proceso de inclusión educativa

Cuando se trata de personas sordas profundas interesadas en ingresar a la educación regular, es necesario desarrollar el siguiente proceso.

La primera condición que debe cumplir una persona sorda profunda para acceder a la inclusión, es haber logrado un desarrollo eficiente en su lengua natural que es la lengua de señas, de esa forma, podrá beneficiarse del apoyo del intérprete de lengua de señas durante el proceso educativo.

Debe contar con el apoyo de un intérprete eficiente en el uso de la lengua de señas para que pueda transmitir la información de ida y vuelta, sin distorsionar ni empobrecer la información.

La institución educativa por su parte, debe estar informada y preparada para recibir a una persona que presenta necesidades educativas especiales, derivadas de una discapacidad.

Es necesario que el docente recoja la mayor cantidad de información respecto a particularidades del funcionamiento del estudiante para que conociendo sus fortalezas y debilidades, pueda elegir las estrategias metodológicas a ser aplicadas.

Quien asuma la responsabilidad de constituirse en un facilitador del aprendizaje de un estudiante con estas necesidades, debe entender el papel que juega una lengua natural en el proceso educativo, para identificar si estas necesidades pueden ser atendidas por el mismo docente que tiene que relacionarse simultáneamente con usuarios de dos lenguas diferentes. Vale aclarar en este punto que no es posible que el docente pueda hacer uso simultáneamente de dos lenguas, que poseen estructura, gramática y características diferentes, de ahí la necesidad de permitir que el estudiante cuente con el apoyo del intérprete de lengua de señas.

Otro elemento del currículo que debe ser analizado es el relacionado con los recursos didácticos, puesto que siendo las personas sordas como ya se dijo anteriormente, eminentemente visuales, se vuelve un imperativo contar con la mayor cantidad de material visual que permita contextualizar y abstraer los nuevos conocimientos, ya que de no hacerlo así el estudiante se verá obligado únicamente a memorizar palabras, pero tendrá mucha dificultad en la elaboración de conceptos y en la interiorización de conocimientos.

Un elemento del currículo que debe ser analizado con mayor profundidad es el relacionado con la evaluación ya que si tomamos en cuenta que todo oyente es evaluado en su lengua natural, equiparar las oportunidades para las personas sordas significaría que se deban aplicar instrumentos de evaluación en lo posible en lengua de señas, sobre todo cuando se plantean preguntas orientadas a generar procesos de análisis y reflexión.

No se debe descuidar aspectos relacionados con la esfera afectiva y emocional del estudiante, porque inciden directamente en su capacidad de adaptación y en el desarrollo de sus habilidades sociales.

Es necesario al final de cada curso analizar en conjunto, padres maestros y estudiante, para determinar en qué medida el estudiante se está beneficiando con la opción educativa elegida a fin de reforzar el proceso o reorientar decisiones, considerando siempre que la prioridad es el bienestar del estudiante.

 

 

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