Sordo y feracidad

Por Belén Pérez de Arado,

Valencia (Venezuela), 2011.

Sección: Artículos, psicología.

Por vivir en un entorno de oyentes y para oyentes, la persona Sorda necesita por igual apoderarse de ambos sistemas lingüísticos: Lengua de señas y lengua oral.

Lengua de señas es su lengua natural, y por lo tanto el medio para adquirir, durante la etapa crítica para la formación del lenguaje establecida por la naturaleza, sin esfuerzo de ninguna clase, la estructura mental que le permita elaborar el lenguaje comprensivo, interior y expresivo y acceder a la información necesaria para su crecimiento y desarrollo personal. Además la LS permite al Sordo liberar el estrés que implica el esfuerzo realizado al descifrar una lengua para la cual no está equipado biológicamente, y le permite disfrutar relajantes momentos de comunicación con sus iguales. Adicionalmente el Sordo necesita como mínimo, la comprensión de la lengua oral para ser autónomo en medio de oyentes.

¿Querría usted que su hijo solo aprendiera a hablar chino, por nombrar algún idioma, estando obligado a vivir en un país donde solo se habla español y donde la minoría que habla el chino, por no lograr la comunicación en un país con un idioma extraño, está marginada de todo conocimiento y progreso social e intelectual? Lamentablemente esa es la verdadera situación de la lengua de señas en Venezuela.

¿Espera usted que su hijo sordo, aún aprovechando la etapa crítica de formación del lenguaje (0-4 años de edad) aprenda la lengua oral solamente en las horas escolares y sin ningún apoyo, estímulo ni atención por parte de los miembros de la familia, durante las horas compartidas y sin ampliar la práctica lo aprendido en el aula? Misión imposible.

Debido a que no existen docentes ni padres hablantes fluidos de la LS, a través de esta lengua los niños Sordos no pueden recibir la información que necesitan para su desarrollo emocional, social y cognitivo. De allí el retraso en la adquisición de conocimientos, que no intelectual, que se presenta en los Sordos en comparación con sus pares oyentes.

Al contrario de algunos pocos sordos verdaderamente oralizados, que adquirieron la comprensión de la lengua oral por estar expuestos a ella desde la más tierna edad, con todo el compromiso de los miembros de la familia, magnificación de restos auditivos, y recursos pedagógicos apropiados durante ese proceso de adquisición del lenguaje, los Sordos signantes no adquieren tampoco la lengua oral, quedando limitados a la comunicación con sus iguales en un entorno donde la información es muy pobre y escasa.

Lengua de señas. Con sus signos y reglas como un todo, la lengua que se adquiere de niño paralelamente va organizando los pensamientos e ideas, conformando el indispensable lenguaje interior a través de ese código aprendido y una determinada cultura, capacitando para las relaciones sociales, adquirir conocimientos y desarrollar una identidad.

Es irrefutable que la lengua natural del niño sordo pre-locutivo o pre-lingüe es la lengua de señas y en cualquier momento, cualquier tipo de sordo, en condiciones adecuadas y en contacto con una comunidad de usuarios de la verdadera LS, se apropiará natural y rápidamente de ella si lo desea. Esto, junto a la necesidad de que el niño sordo se apropie tempranamente de la lengua de señas para estructurar su pensamiento a la par que sus pares oyentes, está sobradamente determinado y explicado por Antropólogos, Lingüistas y Psicólogos, entre otros, en numerosos congresos, ponencias, libros y artículos.

La tendencia actual es la muy bien sustentada educación Bilingüe, que por improvisada, Bilingüe no ha logrado ser, porque ningún educador ni auxiliar de aula fue capacitado para conocer y utilizar la verdadera lengua de señas, causando el fracaso de esta tendencia educativa que pudo dar resultados maravillosos a través de programas de sensibilización social, de formación académica integral de docentes que contemplara no solo la visión médica sino también la cultural y socio-emocional, con auxiliares de aula con comprensión de la lengua oral y dominio de la LS, al igual que padres con dominio de la verdadera LS y conscientes de transmitirle al niño todos los conocimientos necesarios a su edad respondiendo sus preguntas y haciéndolo partícipe de todas las actividades familiares.

A mi entender, el problema radica en los entornos familiar, educativo y a nivel de sordos auxiliares de aula y de líderes de las comunidades de Sordos, donde no se está hablando correctamente ni enseñando la verdadera LS, y mucho menos la lengua oral, sino mezclas arbitrarias (pidgin) que por no ser verdaderos códigos lingüísticos, no pueden establecer una estructura mental y además confunden la estructura mental propia de la LS ya establecida en los Sordos gestuales. Desde este punto de vista considero que el uso del pidgin en el aula fue la causa subyacente de las multitudinarias protestas estudiantiles ocurridas en la Universidad Gallaudet, Washington, en la década del ochenta.

Por lo demás, ese pidgin, que se ha propagado causando desavenencias por malentendidos en la comunicación entre los miembros de la comunidad de Sordos, y convertido en un laberinto sin salida para los oyentes, por tener base en la gramática de la lengua oral, solo es comprendido, en mayor o menor medida, por los sordos que poseen algún conocimiento de la lengua oral.

La prueba de ello son los líderes Sordos. Son excepción los pocos que dominan la lengua oral y otros adquirieron primeramente alguna base de esa lengua que les permite cierta y no siempre fiable, comunicación con los oyentes. Ellos, por no sentirse cómodos con esa lengua son atraídos por la LS, se incorporan a las comunidades de Sordos signantes, donde primero desarrollan el pidgin, y los más interesados y perseverantes más tarde se apropian de la LS, realizan las actividades y contactos institucionales comunicándose con los oyentes, son escogidos como auxiliares de aula y dictan cursos de “LS”, quedando los Sordos signantes relegados a destinatarios pasivos de los beneficios que los primeros les brindan.

El pidgin puede evolucionar hacia LS cuando, los oyentes o estos sordos oralizados que permanecen dentro de las comunidades de Sordos gestuales interactuando con ellos, progresivamente van adquiriendo modismos de la LS y abandonando el pidgin hasta apropiarse de la verdadera LS. Generalmente, es un proceso inconsciente de variada duración, de acuerdo a las habilidades, interés y oportunidades que tenga el oyente o el Sordo oralizado.

Considero que también ese pidgin, surgido del contacto de la lengua de señas con la lengua oral, por ser mezcla arbitraria con base oral, alfabeto manual, señas y LS, a través de los cada vez más numerosos Sordos escolarizados se ha ido criollizando, y podrá convertirse en Lengua a través de las generaciones que vivan el mismo proceso de escolarización.

En el campo de la gramática de las lenguas orales todos estamos claros de la diferencia entre vocabulario y sintaxis. Al contrario, diccionarios, manuales, y cursos de LSV solamente se refieren al léxico o vocabulario de la LSV y se habla de ellos como si fuera todo lo que constituye la LSV. Memorizar un vocabulario y, en el caso de las lenguas de señas, aprender a reproducir correctamente las señas, no es hablar LSV. Al igual que toda lengua, La LS organiza las señas según su propia sintaxis, morfología y normas de uso. La práctica generalizada de nombrar como LSV a un conjunto de señas está haciendo mucho daño en la educación del Sordo.

La sintaxis natural de la LS está estructurada por lo que el Sordo ve y observa, por el orden natural de acontecimientos, con predominio de iconicidad, sin descartar la arbitrariedad que la distingue de otras LS, tal como lo han dicho varios autores, pero eso no ha sido tomado en cuenta y se considera LS a cualquier expresión manual tanto de Sordos signantes como de Sordos oralizados y de oyentes, y a los manuales y cursos donde solo se aprenden o memorizan señas.

La principal causa reside en que la LS todavía no posee una gramática oficial que permita su enseñanza académica para eliminar la enseñanza empírica que transmite solo modalidades arbitrarias que confunden y bloquean el establecimiento de una estructura mental en el niño Sordo al tiempo que dañan su autoestima. Ya es hora de que los lingüistas comiencen a poner orden y definir íntegramente la gramática de la LS para estandarizar su enseñanza y elevarla a nivel académico. No solo los oyentes deben conocer la gramática de la LS, también debe enseñarse en las aulas como materia del pensum para los estudiantes Sordos.

La realidad es que a pesar de las leyes que reconocen la LSV, en Venezuela todavía no hay una total aceptación social de ella, ni se utiliza para brindar a los Sordos todos los servicios porque no hay profesionales que la dominen. En el hipotético caso de vivir la situación ideal de un entorno social bilingüe, con docentes usuarios de la verdadera lengua de señas en instituciones educativas debidamente capacitadas para proporcionar en esta lengua al niño Sordo todos los conocimientos necesarios a su edad formando ciudadanos responsables, autónomos y productivos, el no aprovechar estas ventajas imponiendo la educación que contemple solo lengua oral se podría considerar una manifestación del colonialismo. Lamentablemente aquella situación ideal está muy lejos de existir, y el camino para no marginar a los sordos es capacitarlos para adquirir la lengua oral del entorno en su forma escrita como segunda lengua.

Lengua oral. La lengua oral es la lengua predominante en el entorno, por lo tanto, la que permite la integración e inclusión. Cualquier persona que quisiera hacer estudios en otro país con lengua desconocida, tendría primero que aprender el nuevo idioma para desenvolverse con cierta autonomía en ese lugar y adquirir los conocimientos buscados.

Está demostrado científicamente que el lenguaje no depende de la capacidad de oír ni de hablar, porque si se bloquea un canal, el lenguaje emerge por otro canal y que el cerebro humano posee etapas críticas para desarrollar el lenguaje, las cuales abarcan desde el nacimiento hasta alrededor de los cuatro años de edad; incluso en la actualidad se habla de un tiempo menor debido a la gran estimulación lingüística que reciben los niños oyentes. Y también sabemos que, biológicamente, lo que no se usa se atrofia.

La filosofía Oralista se enfoca en aprovechar este tiempo, por supuesto artificialmente, eludiendo el contacto del niño sordo con otro código lingüístico con el objeto de evitar confusiones derivadas de la contaminación de la estructura mental que se pretende inculcar, para que el niño sordo se apropie de la lengua oral. Por eso los pocos sordos de nacimiento que han llegado y egresado de la Educación Superior y se desempeñan en el mundo oyente, fueron quienes lograron apropiarse de la lengua oral sin conocer la LS. Ellos provienen de las escuelas oralistas que luego los integraron a la escuela regular. Más tarde, si lo desean, ellos aprenderían la lengua de señas.

Se aprende la lengua a la que estamos expuestos. Los entendidos aconsejan a los padres de los niños oyentes hablarles correctamente desde que nacen. ¿Por qué, entonces, a los niños sordos, se les habla demasiado rápido o sin que ellos puedan ver los labios del hablante, o se les habla recortado, con verbos en infinitivo, sin artículos, alterando la estructura gramatical de la lengua oral? En esta situación, ¿cómo podemos esperar que ellos conozcan, se expresen o comprendan la lengua oral y escrita?

El problema no es la contaminación con la lengua de señas, porque el cerebro humano de sordos y oyentes está en capacidad de distinguir entre dos o más códigos lingüísticos. El problema es que nadie encargado de la educación de los sordos está hablando la verdadera LS y cuando le hablan en lengua oral, no lo hacen con las condiciones requeridas para su captación y discriminación visual, o no le hablan correctamente, ni lo suficiente, ni le explican las normas gramaticales de dicha lengua oral para que el niño pueda estructurar el código.

Una forma de evitar inicialmente la confusión de códigos es definiendo el ámbito de uso de cada uno: Oral en el seno familiar de oyentes y en el aula con los docentes oyentes que no dominan LS. Los niños Sordos utilizaran lengua de señas con sus pares en los tiempos de esparcimiento, con los auxiliares de aula Sordos y docentes que la dominen. Al niño sordo, al igual que la descripción de la gramática de la LS, se le deben enseñar las bases gramaticales de la lengua oral, y no esperar la imposible tarea de que las descubra y aprenda por sí mismo sobre la marcha.

Son los padres los principales sembradores de la primera lengua en el niño a partir de las vivencias en el seno de la familia. Con el actual ritmo de vida por la sobrevivencia, la mayoría de los padres oyentes de niños sordos, no tienen muchas oportunidades para aprender la verdadera LS y su hijo sordo crece sin respuestas a sus preguntas, sin conocimiento del mundo retrasándose emocional y cognitivamente con graves secuelas en su personalidad.

El príncipe Manuel Filiberto de Carignan, de la Casa de Saboya (1630 -1709) sordo de nacimiento, fue educado, me atrevo a decir que, no con lengua de señas, sino con un correcto oral apoyado en señas que le permitió visualizar las palabras que no podía oír, y a partir de éste pudo adquirir el código de la lengua oral, aprender a leer, escribir y leer los labios, porque en la modulación labial no se pueden distinguir las palabras que no se conocen. Llegó a gobernar, dirigió exitosamente a su propio ejército, y siendo muy querido, alcanzó fama de sabio entre sus contemporáneos. Consulte la página de Alejandro Oviedo www.culturasorda.eu.

Está claro que la deficiencia auditiva impide a los niños sordos adquirir naturalmente la lengua oral, pero los niños sordos desarrollan una gran inteligencia, que junto a la curiosidad obligada para suplir la ausencia de información, al presentarse conjuntamente todos, y repito, todos los elementos necesarios para enseñarle artificialmente la lengua oral, muchos podrían lograrlo. Negar esto sería negar la infinita capacidad de superación innata en todo ser humano y, desde ese momento, le estamos produciendo discapacidad.

Estos elementos necesarios para que el niño sordo pueda desarrollar la lengua oral son:

  • Diagnóstico precoz de la sordera en los primeros meses de vida.
  • Apoyo incondicional, dinámico y permanente de toda la familia para suministrar la información cotidiana en la vida de todas las personas.
  • Interés del niño por aprender.
  • Colaboración familia-escuela.
  • Recursos pedagógicos especiales propios de las escuelas oralistas.

La causa de que muy pocos niños sordos alcancen este ideal es la falla de alguno de estos elementos. Lamentablemente el estilo actual de vida no permite cumplir con la totalidad de estas condiciones y se logra en muy contadas familias. Deben darse todas en su conjunto durante la etapa crítica de formación del lenguaje, que en el caso del aprendizaje de la lengua oral por parte del niño sordo, por ser artificial, se prolonga hasta alrededor de los dieciocho años de edad. Un ejemplo histórico, que también presenta Viviana Burad en esta página web, es la educación oralista del tío del actual rey de España, el rey sordo que no pudo ser, Don Jaime de Borbón (1908-1975) quien logró apropiarse de varios idiomas (leer artículo).

Cada persona sorda, al igual que cada persona oyente, es diferente en sus condiciones y circunstancias, las cuales los educadores, incluyendo los padres, deben conocer y respetar para cubrir sus necesidades de desarrollo integral adecuada y satisfactoriamente. Los especialistas del campo de la Deficiencia Auditiva deben estar conscientes de esto para no indicar la misma receta a cada niño sordo: Solo Lengua de señas, solo oralización, solo implante coclear, etc. Aunque cada uno de estos elementos tiene sus indicaciones y condiciones, también podría darse el caso de que unidos se potencialicen para que un determinado niño sordo logre plenamente el objetivo de integración e inclusión social.

La clave está en definir las circunstancias individuales, familiares, laborales, culturales, sociales, económicas, lingüísticas, educativas, que posee cada niño sordo para, de acuerdo a ellas, tomar la decisión lingüística y educativa más acertada. Lamentablemente no se está haciendo.

Muchos de mis muy queridos “Hermanos de la Sordera”, sordos profundos de nacimiento o desde sus primeros meses de nacidos, fueron educados en escuelas oralistas donde los docentes usaban correctamente la lengua oral utilizando algunas señas para ayudar a visualizar palabras, sin prohibir la comunicación en LS durante sus recreos (Instituto San Luis Ma. de Monfort en Medellín, perteneciente a la misma congregación de Ntra. Sra. de la Sabiduría de Bogotá y Escuela Taller de Sordomudos Juan Pablo Bonet, Caracas). Otros sordos se formaron en escuelas estrictamente oralistas que no permiten las señas (IVAL, IECO de Caracas). Muchos de estos últimos, de estas instituciones pasaron a escuelas regulares y posteriormente entraron en contacto con los Sordos signantes o se reencontraron con sus antiguos compañeros, formando comunidades en las cuales los conocí. Son muy alegres y orgullosos de sus logros y profesiones. Con alguna que otra ayuda ocasional de sus familiares oyentes, trabajan, vacacionan, y participan en las actividades de sus hijos oyentes, pero a la hora de relajarse prefieren hacerlo entre sus iguales. Mis hermanos menores y mis más cercanos amigos pertenecen a estos grupos.

Según la definición del Instituto Argentino de la Audición y el Lenguaje-IADAL- el enfoque de la oralización, no está tanto en lograr la articulación y modulación correcta de la lengua oral, sino en comprenderla, leerla y escribirla. En este grupo no puedo dejar de mencionar a varios sordos profundos de nacimiento, todos egresados de escuelas oralistas puras, hoy profesionales con admirable dominio de la lengua oral. Unos cuantos de ellos no se sienten cómodos con los Sordos signantes ni en las asociaciones de Sordos. Como me pasaba a mí sorda post- locutiva, o post-lingüe como prefiero decir, durante mis primeros años de contacto con los Sordos.

He compartido casi cincuenta años en el mundo del Sordo, al cual me incorporé terminando el bachillerato y consolidé en los años sesenta mientras estudiaba en la universidad y compartía con ellos en la Asociación de Sordos de Caracas-ASC-.Luego en los setenta, colaborando con la Organización Deportiva Silenciosa de Venezuela -ODSV- y por una coincidencia entre la gestión deportiva y la Odontología, compartí tres meses con los Sordos de ASORVAL en Cali, Colombia. Durante la década de los años ochenta estuve apartada para levantar a mi familia y finalmente, desde los noventa, en la Asociación Católica de Sordos de Venezuela-ACSV-. En todos esos años creí que las señas que me enseñaron y el pidgin, que todavía usamos en nuestro trato, era LSV porque así lo denominan.

Ellos, Sordos oralizados, líderes de las asociaciones, de quienes aprendí lo que quiero explicar, y por quienes estoy escribiendo esto, son el perfecto ejemplo. La mayoría de ellos no pueden explicar el significado de muchas palabras de una noticia en prensa, pero después de leerla, adquieren una idea general de dicha noticia. Por serles difícil el aprendizaje de la lengua oral, en la cual sus educadores no profundizaron por falta de tiempo, supongo, poseen un conocimiento básico y se expresan a través de ella sin concordancia de géneros, con verbos en infinitivo o conjugación equivocada, confusión en el uso de adverbios, añadiendo el apoyo de señas y alfabeto manual. A pesar de todo esto, y de los malentendidos que se puedan producir, con ellos se puede conversar de cualquier tema. Lo que no saben, lo preguntan e investigan.

En realidad, yo solo compartía con un pequeño grupo de amigos, los líderes, debido a que no entendía la verdadera LSV, el lenguaje de la mayoría, a quienes me limitaba a saludar porque no me sentía cómoda en sus conversaciones. Nadie me podía explicar la diferencia entre los dos grupos de sordos; simplemente ellos eran así, habían tenido menos oportunidades y debíamos ayudarlos.

Ahora puedo decir que descubrí la verdadera esencia de la LSV y con ella, mi identidad; “soy Sorda” con mayúscula, y he comenzado a disfrutar a mis hermanos Sordos signantes entre quienes he descubierto otro grupo: aquellos que, debido a la necesidad de comunicarse y de aprovechar la oportunidad conversar que se les ofrece, al “hablar”, empiezan una idea y sin terminarla pasan de una a otra, tejiendo un discurso incomprensible porque, a pesar de ser adultos, no tienen un código lingüístico estructurado. Con la perspectiva de toda esta experiencia, van las siguientes conclusiones.

Conclusiones:

-Feracidad: ausencia de un entorno lingüístico que permita adquirir una lengua para desarrollar el pensamiento. (Taller de Neuro-lingüística para maestros de Sordos, Guarenas, 2005. Psicopedagoga María Eugenia Domínguez, U.L.A)

-El contenido de los pensa de estudios de la formación del docente en la especialidad de Deficiencia Auditiva y el conocimiento sobre la persona sorda que se imparte en las diversas ramas profesionales de las Ciencias de la Salud, están basados en la visión médica (clínico-rehabilitadora) de la sordera que considera a la discapacidad como un atributo interno del individuo. Desde este punto de vista dichos pensum tienden a establecer la idea de que el niño Sordo es un discapacitado, cuando en realidad lo que tenemos es una deficiencia biológica que las barreras sociales, físicas y actitudinales convierten en discapacidad.

-No toman en cuenta la visión étnico-cultural definida a partir de una lengua minoritaria con características diferentes a las lenguas orales por utilizar otros canales de expresión y recepción. Dicha lengua es descrita por los antropólogos, sociólogos, lingüistas y otros profesionales como viso-gesto-espacial y explica por qué las personas con deficiencia auditiva no se pueden equiparar ni incluir en grupos de personas con otro tipo de deficiencia.

-La lengua de señas es la lengua natural de los niños sordos pre-lingües. Y, como elemento básico para el enfoque de su educación, en la práctica no se utiliza correctamente en contradicción con la política educativa que establece dentro del Bilingüismo, el uso rutinario de la LS como medio idóneo de la educación del niño Sordo.

-La enseñanza y práctica de la lengua de señas del futuro docente no se contempla como materia importante ni tiene didáctica de nivel académico.

-Dichos pensum no proporcionan a los futuros docentes las herramientas necesarias para educar al niño sordo ni para enseñarles los contenidos de los programas escolares establecidos para cada edad.

-Por desconocimiento de los diferentes tipos de sordos y de la realidad de las etapas críticas de formación del lenguaje, tampoco se contempla la posible existencia de los factores que facilitan a algunos niños sordos la apropiación de la lengua oral como primera lengua.

-Existe un círculo vicioso FORMACIÓN PROFESIONAL-EDUCACIÓN DEL SORDO que encierra a los protagonistas en un ambiente malsano debido a dificultades y problemas de comunicación que generan enfermedades emocionales en los involucrados y traumas en la personalidad de los Sordos.

-El conjunto de estos factores contribuyen a la desinformación y desorientación tanto de los profesionales y familiares como del propio del niño Sordo, impidiéndole conformar la estructura mental necesaria para acceder a la lecto- escritura y a una productiva integración social. Esta realidad confirma la premisa establecida por la OMS “La discapacidad existe en la medida en que el entorno lo permita”, 1980.

Belén Pérez de Arado, Valencia, Octubre 2011

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